Restauración de porcelana

Jarrones estilo Isabelinos


En esta nueva entrada os hablamos de un problema que nos pedís muy a menudo, que es la recuperación de las decoraciones doradas en vuestras piezas de porcelana. Dentro de la restauración de porcelana es uno de los pasos más complicados, ya que para ello tendríamos que volver a cocer las piezas, lo cual es incompatible con los materiales que empleamos en restauración.

Aquí os mostramos un ejemplo de una pareja de jarrones de estilo isabelino que llego al taller en muy mal estado, fracturados por varios sitios, con restos de antiguas intervenciones y la mayor parte de los dorados perdidos. Al contrario que las fracturas que son accidentes, la deterioro de los dorados se debe al paso del tiempo y del uso, ya que estas decoraciones se realizan en la ultima fase de fabricación de las piezas, en una última cocción a baja temperatura, por lo que son más débiles, y las primeras en desgastarse.

Se trata de dos floreros de cuerpo cilíndrico, con pie redondo, labio ondulado de perfil mixtilíneo, ornamentado en forma de hojas doradas. A lo largo del cuerpo presentan asas cuya unión al cuerpo se camufla con flores doradas en relieve. Decoración floral pintada en el frente y decoración dorada en todos los bordes y relieves.

El tratamiento comenzó con la limpieza de los jarrones, la retirada de antiguas intervenciones y adhesivos degradados, que en las imágenes se pueden reconocer como las zonas amarillentas. Una vez retiradas las antiguas intervenciones, se procedió al pegado de los fragmentos. Las uniones y las zonas con falta de soporte se rellenaron con pasta especifica para la restauración de porcelana y cerámica. Una vez lijada la pasta de reintegración, se aplicó el color con aerógrafo. Las decoraciones doradas se reintegraron a pincel.  

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Proceso de limpieza, estucado y lijado
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Estado inicial jarrón estilo isabelino
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Estado final jarrón estilo isabelino

JARRONES ISABELINOS

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, y sobre todo en el XIX, tiene lugar un cambio en el gusto decorativo que se manifiesta, entre otras cosas, en la multitud de objetos que, mezclando estilos, se disponían de forma sobrecargada con el sólo propósito de deslumbrar a las visitas más superficiales. Frascos, jarrones, floreros, relojes, candelabros, lámparas, quemaperfumes o pisapapeles, entre otros bibelots, comienzan a hacer las delicias de las familias pudientes, que los exhiben en mesas, consolas, escritorios y chimeneas.

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